19.1.07

Análisis de las entrevistas (IV)

Tras la trascripción anterior, pasamos a realizar un pequeño estudio de las entrevistas realizadas. Dicho análisis contendrá una síntesis a modo de recorrido a través de cada una de las encuestas efectuadas, que iremos contrastando con nuestros comentarios acerca de cada temática tratada.


Uno de los casos más interesantes de los que se han tratado en el trabajo empírico es el correspondiente a una mujer divorciada, de 45 años y madre de dos niños. Trabaja a turnos rotativos como empleada del departamento de pisos de un hotel, trabajo que alterna con el de limpiadora de zonas comunes del mismo edificio (de ahí la necesidad de trabajar a turnos). Es fiel ejemplo del incremento actual de las familias monoparentales. En la actualidad estamos asistiendo a una progresiva reducción de las familias, se observa una tendencia mononucleizadora que, en el caso de tratarse de mujer, resulta por los casos estudiados un agravante a tener en cuenta.
Es el principal sustento económico de la familia y en cuanto a su distribución del tiempo nos comentaba que “no me queda tiempo para absolutamente nada, tan sólo los días libres que tengo (dos a la semana) los puedo dedicar a alguna cosa más, pero es que termino tan cansada de toda la semana que lo único que me apetece es descansar…”.

No hemos encontrado casos de grandes diferencias salariales en el mismo empleo tratándose de trabajos desempeñados por hombres o por mujeres, pero podemos hacer un apunte en el caso de un perfil de 26 años, soltera, que convive con su pareja y que nos señalaba que “trabajo como reponedora en un supermercado, y tenemos allí a un compañero que hace el mismo trabajo y tiene un sueldo negociado. Entiendo que su trabajo es un poco más físico, ya que también realiza las descargas de los camiones, pero es que no se paran a negociar condiciones de salario con nosotras, nos dicen que prefieren contratar chicas para nuestro trabajo, y que se han de regir por el convenio. A mi no me importaría que me pusieran a descargar el camión y que el compañero limpie los pasillos por la mañana, pero es que ni siquiera me lo ofrecen…”.

La misma persona nos apuntaba aspectos en relación a la división de tareas domésticas. “Una de las condiciones que puse a mi pareja cuando nos fuimos a vivir juntos fue el establecer un planning de tareas en casa. Todo en casa está repartido, y como nos da coraje hacer unas cosas u otras pues nos las vamos turnando. Ahí no encuentro ningún problema con él, porque está muy concienciado. No debería de pensarlo, porque es lo normal que pasara esto, pero viendo la de trabajo que nos comemos las mujeres, sé que tengo mucha suerte, pero lo mismo que he hecho yo lo pueden hacer todas, es cuestión de conciencia, pero muchas veces algunas se sienten hasta culpables cuando sus parejas hacen cosas en casa”.

Todos los casos que hemos afrontado valoran mucho la posibilidad de progresar laboralmente, y están dispuestas a participar en actividades formativas. Especialmente una mujer dedicada al cuidado de niños deficientes, soltera sin cargas familiares, nos afirmaba que “no salen muchos cursos de formación, pero estaría dispuesta a aprender inglés e informática, nunca se sabe si me puede hacer falta para progresar o para otro trabajo”. Aprovechamos este caso para preguntarle acerca de la típica segregación de género en este tipo de empleo y apuntaba: “la verdad es que todo lo que he tenido hasta el momento son compañeras, incluso en la facultad cuando estudiaba magisterio de esta especialidad, no tenía apenas compañeros en clase, casi todas éramos chicas”.



Un dato representativo es la afirmación por casi la totalidad de las mujeres entrevistadas de que el hecho de ser mujer cree que les puede condicionar su futuro laboral. Como ya señalábamos en la primera entrevista, existe la idea de incertidumbre sobre el hecho de ser madre con un contrato inestable (la mayoría de los que se firman en la actualidad).


Finalmente, concluimos este capítulo dedicado al análisis de las entrevistas con un breve apunte acerca de las aspiraciones profesionales de las encuestadas. Todas conceden gran importancia al hecho de progresar laboralmente. “No me veo toda la vida reponiendo en el super, quiero pensar que esto sólo me va a dar tranquilidad económica hasta que encuentre un empleo mejor y en el que pueda sentirme más realizada, me frustraría haber estudiado mi carrera y no poder ejercer”.





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